jueves, 18 de febrero de 2016

Bombillas LED, la respuesta a la obsolescencia programada

Las bombillas LED son un must. Quedáos con esta afirmación porque son el futuro del ahorro energético en los hogares, los edificios públicos y las empresas. La inversión es mayor que con las bombillas tradicionales de bajo consumo, pero a medio plazo se amortiza totalmente y todos ganamos: nosotros porque pagamos menos en la factura de la luz, y el medio ambiente porque consume menos fuentes de energía no renovable, como el petróleo y la energía nuclear.


Bombillas LED Vs. obsolescencia programada

Os preguntaréis porqué estoy tan insistente con este tema de la eficiencia energética y la sostenibilidad del planeta. Pues os lo cuento. Resulta que el otro día vi un documental que hacía tiempo me habían recomendado y tenía pendiente: 'Comprar, Tirar, Comprar', que trata sobre la obsolescencia programada de los objetos. Supongo que a estas alturas muchos conoceréis este  término que suena devastador, aún a sabiendas de que la economía de consumo en la que vivimos precisa que la vida de las cosas sea corta para continuar funcionando. Sin embargo, dentro de este sistema económico se ha empezado a mover, lentamente y en silencio, una tendencia que nos lleva de vuelta a los objetos duraderos. En parte surge como una resistencia al mercado salvaje que nos manipula para siempre querer más y mejores cosas; y en parte por necesidades puramente medioambientales, como es el caso de la tecnología LED, las bombillas LED o las de bajo consumo.

Las bombillas LED son un objeto duradero, como lo son los muebles de madera maciza o los objetos de cerámica artesanal o fibras naturales. La moda y, sobre todo el mundo de la decoración, están tendiendo cada vez más a las cosas que perduran en el tiempo, frente a lo efímero y de peor calidad que nos ha traído en buena parte el mercado de la Globalización.

En el documental del que os hablo, cuentan cómo en sus orígenes las bombillas eran muy longevas, hasta que los fabricantes se dieron cuenta de que eso no era negocio y decidieron acortarles la vida útil, provocando su obsolescencia de forma programada. Frente a esta tendencia que ha durado décadas, surgen las bombillas LED, que se imponen no solo como moda sino también por ley en toda Europa. Debemos consumir menos energía porque los recursos se agotan, y la mejor forma es cambiando nuestra iluminación tradicional por iluminación LED, que según la Comisión Europea, son la alternativa de bajo consumo que presenta más ventajas, ya que ahorran un 90% de energía respecto a una incandescente tradicional y tienen una duración de entre 6.000 y 25.000 horas, y además no contienen mercurio. Las bombillas incandescentes, que dejaron de fabricarse en el año 2012, tenían una diuración de 1.000 horas.



La bombilla más vieja del mundo

Sin embargo, existe una bombilla incandescente en una estación de bomberos de Livermore, California, que lleva luciendo desde el año 1901 sin apenas interrupciones ¡24h. al día! originalmente era de 60w, aunque su luz ahora no supera los 4w. Se la conoce como bombilla Livermore, está soplada a mano, con filamento de carbono, y los científicos se preguntan cómo ha podido aguantar tanto tiempo sin agotarse. La bombilla tiene su propia web, con webcam incluida, donde puedes verla lucir en tiempo real. Podríamos decir que es la tatarabuela de las bombillas LED!

No os perdáis el documental Comprar, tirar, comprar,  y aquí os dejo una noticia que salió en su día en el informativo de La2 sobre la bombilla Livermore.