jueves, 18 de abril de 2013

¿Cuánto valemos las mujeres?

No, no voy con el discurso feminista. A mí el feminismo no me va como no me va el machismo. No me van los extremos, ni en la política (donde tampoco comulgo con la "de centro") ni en la lucha de sexos. A ver, si vamos a convivir y sólo somos dos grupos ¡vamos a llevarnos bien! Esto que parece tan fácil no lo es en absoluto. Cuando éramos pequeños, tu madre estaba en casa, tu padre en la oficina y todo parecía marchar bien. Y puede que así hubiese sido si se hubiese valorado tanto lo que hacía el primero como lo que hacía el segundo. Pero no, el que "trabajaba" era él. Pensando que "trabajando" ella todo se iba a solucionar, las mujeres se lanzaron a estudiar. Y luego de estudiar, a trabajar. Fuera de casa. Y lo que se encontró fue que estaba pluriempleada. El gobierno no ayudaba mucho, y las empresas todavía menos. Y si tenías hijos, estabas perdida.

Madre e hija jugando con un molino de viento
Mujer, trabajadora y madre ¿Cómo lo hace?

La llegada de la mujer al trabajo no ha sido a puestos de responsabilidad. Los sueldos para nosotras suelen ser más bajos. La baja por maternidad ridícula, y las ayudas del estado inexistentes. Se nos ponen los dientes largos mirando hacia fuera, a países en nuestro mismo continente, con bajas por maternidad por dos años, guarderías en las empresas y hogares sociales para el que lo necesita. Aquí te pones a reclamar algo parecido y te puedes encontrar con moving en el trabajo, despido improcedente y en la calle en menos que canta un gallo. Y en casa, pedir igualdad te puede llevar a tener que pedir ayuda por sufrir violencia de género. Incorporarte a un trabajo, dejar la casa, tratar con compañeros, son actividades normales que en algunos hogares han supuesto un drama.

No es de extrañar entonces que las mujeres hayamos decidido formar tribu para echarnos un cable entre nosotras. Redes sociales como Womenalia, donde la inmensa mayoría son mujeres (aunque dejan bien claro que los hombres son bienvenidos), suponen una oportunidad para nosotras a la hora de buscar trabajo o organizarnos en nuestro "pluriempleo" (hogar-oficina), al estilo de Linked-in, pero entre chicas. Aquí vales como valen todas y puedes optar a oportunidades de empleo justamente remuneradas, porque probalemente quien te vaya a contactar sea también mujer como tú.

Afortunadamente en España, la iglesia va pintando ya poco (aunque más de lo que a algunos nos gustaría). Porque como decía anoche el gran Dani Mateo, si nuestro país se rigiese por la "Ley de Dios" que promulga Rouco Varela, las mujeres iban a pintar lo que pintan en el Iglesia, ni voz ni voto, y a cocinar mantecaos :-)

Recetas, recetas y más recetas

Es una locura en internet. La gente anda loca buscando recetas. Tú publicas un tuit con el hastag recetas y al rato te han visitado cientos de internautas, bueno, es un decir, ansiosos por ponerse manos a la obra. ¿Qué tendrán las recetas? Será nuestra faceta animal, que vela por la subsistencia de los nuestros, será el ADN femenino (aceptémoslo, somos nosotras, las féminas, las internautas ávidas de ricos platos que preparar, ellos menos) que nos lleva a agradar al otro sexo a base de hacer feliz su estómago, será que la cocina nos hace sentirnos útiles, preparando recetas paso a paso buscando un resultado final que si no eres muy negado acabas consiguiendo.

En mi caso, la cocina me relaja. No soy una gran cocinera, pero soy una gran internauta. Así que cuando me enfundo en mi delantal de cocina, busco directamente en internet. la red me ha permitido preparar platos como los grandes: como Donna Hay, como Jamie Oliver, como Samanta Vallejo-Nájera, y que fuesen ellos mismos los que me explicasen la receta a través de un vídeo. Un lujo.

Dónde encontrar recetas


Lo mejor que tiene internet para buscar recetas es que buscas "a la carta". A ver, has pasado por delante de una frutería y te has enamorado de unos kakis Persimon. Tan naranjas, tan brillantes y tan hermosos que a ver quién se iba a resistir. Te vas tan contenta a casa con tus kakis bolsa en mano pero cuando llegas te das cuenta que en tu casa tuercen el gesto ante las novedades en la mesa, sobre todo a la hora del postre, así que antes de que salte la alarma, sacas tus armas. A lo que iba, que te lanzas a la búsqueda en Google con los términos "receta kaki" (a ver quién te salva con un postre con caqui, aunque sea una mermelada de kaki) y tu buscador favorito te devuelve 74.500 resultados, y ¡mira! la primera receta es de Arguiñano, esto es como codearse con la jet-set en una fiesta. Tienes tu receta a mano y encima de la mano de un campeón. A ver quién tuerce el gesto en tu casa con estas "Tartitas de kaki":

Recetas de Karlos Arguiñano con kaki
Tartitas de kaki
Otra de las cosas que me gusta hacer es mandar las promociones que aparecen de vez en cuando en el supermercado: con el aceite, con el azúcar moreno, con la levadura..., las de tipo "Consigue tus recetas mandando el cupón". A mí me falta tiempo para mandarlo, y ahí ya no sé si es porque de verdad voy a hacerlas o porque me es imposible resistirme a que me den algo gratis ;-) O cuando las recetas van directamente con el producto, como en los vasitos de arroz brillante que van en el envase, o en recetarios aparte que puedes conservar.

Recetario Diplom
Recetario Diplom
Y como hablábamos al principio, no te pierdas las redes sociales. Utiliza los buscadores y encontrarás de todo. Y no sólo recetas. Ahora los cocineros también están en las redes, y puedes seguir los sabios consejos de Chicote, Quique Dacosta, ... y además, saber un poco más de ellos. ¿Eres atrevido/a? Pues contacta con ellos en Twitter. La red se ha convertido en un mundo aparte donde todos valemos por igual, opinamos por igual y se nos premia y castiga por igual. Y todo eso ¡en 140 caracteres!



jueves, 11 de abril de 2013

Las perrerías que hicimos a nuestros muñecos

Todos tenemos una cultura de cine desde niños. Creciendo con aquellas películas que nos hicieron soñar, nos hacemos mayores resistiéndonos a abandonar ciertos personajes y ciertos films que se quedaron en nuestros corazones haciendo mella en nuestra personalidad. Nos llaman frikis, nos acusan de inmaduros, pero ¿quién no ha jugado a hacer montajes fotográficos con carteles de películas, o ha fotografiado a sus muñecos en un contexto muy diferente para el que fueron concebidos? El que sea libre de toda culpa, que levante la mano y deje de leer este post ;-)

cartel de la película Indina Jones modificado
Ese Harrison Ford hecho todo un click


Lo más gracioso de esto es cuando esas perrerías que concebimos como fotos o bromas que duraban el rato que te echabas unas risas, trascienden al mundo real. Es el caso de Lego, que hoy en día tiene un catálogo impresionante de juguetes por piezas dedicados a la saga Star Wars. Pasaría HORAS viendo con qué detalle se ha reproducido El Halcón Milenario, o viendo cómo se ha traducido la cara de Harrison Ford o Liam Neeson a figurita de Lego.

caballeros jedi de Lego
Aquí los caballeros Jedi que saltaron de la pantalla para ser juguetes


Y cómo no hablar del fabuloso trabajo de I love clicks donde nuestros clicks de la infancia representaban escenas de películas de todos los tiempos y tomaban los carteles originales, y también últimamente representan lo más granado de la información internacional (el click de Urdangarín en Qatar, el de Sara Montiel a última hora, o la saga de Juego de Tronos).

Las perrerías que hicimos a nuestros muñecos


Y en plan perrería, aquellos que en la nebulosa de su mente, componen imágenes tan socarronas como este Wall-e que por fin ha encontrado la forma de repoblar el planeta tierra, o ponen a sus muñecos en actitudes provocadoras, como hacen en el blog de esta tienda.

Wall-e como ejemplo de las perrerías que hicimos a nuestros muñecos
Tanto esperar a que creciese la hojita, ¡y era de maría!


¿Y qué pasa con todas estas imágenes? Pues que como de frikis está el mundo lleno, circulan por la red para el gozo de muchos. Y no sólo como imágenes estáticas, sino como verdaderas obras de arte en vídeos de YouTube, como el salto desde la estratosfera de Felix baumgartner hecho con muñecos de Lego:



Adelante, compatriotas de lo raro, contadme ¿qué perrerías que hicimos a nuestros muñecos habéis hecho o encontrado por la red?.


miércoles, 10 de abril de 2013

Ventajas de tener un jamón ibérico en casa

A mí siempre me ha hecho ilusión tener un jamón en casa. Cuando era pequeña siempre había en la cocina un pedazo de jamón colgando de un clavo y envuelto en un paño blanco. Mis padres eran médicos en la época en que los médicos estaban bien considerados. Luego a todos nos dio por opinar, y en este país se convirtió en deporte; lo de opinar, y lo de no tener bien considerados a los médicos. Pero entonces, tú al médico le regalabas un jamón porque te había salvado la vida un par de veces ese año. A lo que íbamos, que yo quería un jamón porque viéndolo desde pequeña, ya sabía que era todo ventajas tener un jamón ibérico en casa. Sí, ibérico, a mí me va el ibérico... ¡como tonta!

Mujer oliendo una loncha de jamón serrano

Ventajas de tener un jamón ibérico en casa


  • Tener un jamón a mano enriquece todos tus platos. Pues anda que no mejora el salmorejo con unas virutas, las espinacas con unos taquitos y las lentejas con un buen pedazo.
  • Improvisa las cenas. Ponerse a cortar todo es empezar: pa amb tomaca, plato de ibérico con queso, revueltos,...
  • Invita a tus amigos. Ya no te tienes que poner a guisar para invitar a tus amigos. Un buen vino y pan, y tienes la cena resuelta. ¿Quieres mejorarla? Un buen aceite de oliva virgen extra, un tomatito rayado, un queso curado... ¿y lo has probado con cava?
  • Beneficios para la salud. Aumenta el colesterol bueno y reduce el malo. Y tiene antioxidantes. Es como comer brócoli si el brócoli estuviera bueno ;-) ¿Creías que el jamón no era sano? Pues consulta aquí más beneficios para la salud.
  • Ahorro. Si sacas números contando las veces que compras jamón y lo que te dura uno en casa, los números salen redondos. Pues anda que no me he dejado yo "la plata" comprando ibérico de 100 en 100 g. Si haces el gasto de una vez compensa, ¡te lo digo yo!
  • Jamón recién cortado. No hay nada comprarable a un jamón ibérico recién cortado. Como decía una amiga, a esto lo deberían llamar de otra manera, o a lo otro no llamarlo jamón, je, je... No es que esté de acuerdo con ella, es que me embriaga el aroma... y el sabor.
  • El rey de la Navidad. Que tu madre dice que lleves el aperitivo, que tus familiares no se van de casa ni a tiros, que no puedes más después de tanto atracón,... todo eso, te lo soluciona un jamón.
Yo compré el mío en Navidad, y aún le estoy repelando el hueso. 4 meses, no está mal. Y con el buen tute que le he dado, ya estoy pensando en el siguiente que voy a colocar en mi cocina, siguiendo la tradición familiar.